Sobre reciclaje tecnológico sabemos muy poco, menos plantearnos interrogantes de qué hacer con la tecnología que ya no usamos.
Los países desarrollados generan miles de toneladas de basura tecnológica cada día.
En medio de una carrera (para algunos sin sentido) impulsada por la publicidad y los intereses de un puñado de empresas, cada pocos meses cambiamos nuestra consola de vídeos/juegos, celulares, computadores, TV, equipos musicales, etc. Una cantidad enorme de componentes electrónicos va a parar a la basura. Resulta parecer una idea mercantilista/económica que no hace caer en la tecnofilia, o bien apartarnos de su adherencia.
Desde la entrada de las revoluciones tecnológicas y digitales, y a través del consumo desmesurado de objetos tecnologicos, por parte de los usuarios, quienes desconocen el hecho de que estos, contengan elementos altamente tóxicos. Más aún cuando estos elementos entran en contacto con el medio ambiente causan daños irreversibles en su salud. Sustancias que son altamente nocivas y que al desecharse tardarían una degradación milenaria, como lo son las pilas alcalinas, por mencionar algún ejemplo.
Pero qué es lo que está suceden... la primera respuesta concreta, es la falta de compromiso y el poco conocimiento del daño ambiental, ha llevado al hombre a familiarizarse cada vez más, y hacerse dependiente de todo lo tecnológico a su alcance, sea para cubrir o no una necesidad básica (generalmente se trata de adquisiciones de objetos tecnológicos suntuarios).
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